Un brazo
Yasunari Kawabata
-Puedo dejarte uno de mis brazos para esta noche -dijo la muchacha. Se quitó el brazo derecho desde el hombro y, con la mano izquierda, lo colocó sobre mi rodilla. -Gracias -me miré la rodilla. El calor del brazo la penetraba. -Pondré el anillo. Para recordarte que es mío -sonrió y levantó el brazo izquierdo a la altura de mi pecho-. Por favor -con un solo brazo era difícil para ella quitarse el anillo. -¿Es un anillo de compromiso? -No, un regalo. De mi madre. Era de plata, con pequeños diamantes engarzados. -Tal vez se parezca a un anillo de compromiso, pero no me
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